20 de noviembre de 2006

Fin de semana largo

Definitivamente, todos los fines de semana deberían de ser de tres días: uno para echar flojera, otro para hacer las labores domésticas pendientes y otro para vagar. Este fin de semana fue así, y aunque en mi caso no hubo mucha vagancia, mis ratos de ocio tuvieron su peculiar encanto. Por unos minutos volví a ser niña y me dejé pintar la cara de mariposa y, aunque al principio no estaba muy de acuerdo, fue una experiencia divertida.
Es bueno permitirnos recobrar un toque infantil de vez en cuanto, pero de eso ya hablaré en otro post, ahorita lo que quiero subrayar es que no es necesario gastar mucho dinero ni hacer cosas extraordinarias para pasar un rato agradable. La buena compañia y las buenas intenciones son sufiencientes para hacernos sonreír.
Mi fin de semana resulto agradable por el hecho de estar con las personas que quiero y claro... también por ser de tres días.

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