5 de octubre de 2008
Orgullo
Estaba ahí de pie en medio de una realidad inexistente y apareciste de pronto, como una estrella fugaz, como ese aire que es a veces necesario para poder respirar. Te miré y sentí brotar mis alas, me creí capaz de volar hacia tí y engancharme de tus ojos... tal vez demasiado pronto. Y así ocurrió nuestra historia, tan efímera e intensa, luminosa y fugitiva como esa estrella que me sacó de mi letargo. De pronto todo se volvió obscuro y desperté creyendo que fuiste sólo un sueño. Solamente yo sabré que no fue así y que te fuiste igual que como llegaste. Hoy tu huella es tan volátil como tú y mis alas permanecen erguidas.
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